jueves, septiembre 21, 2017

NO QUIERO SUEÑOS DORMIDOS...


NO QUIERO SUEÑOS DORMIDOS

Se encontraba el aspirante a filósofo Sócrates Rodríguez sentado en una piedra caliente en plena hora de la siesta.
-No quiero sueños dormidos –se dijo para sí, bajito.
-Ni dormidos sueños –oyó sorprendido.
-Quiero sueños que vuelen –continuó creyendo que habían sido imaginaciones suyas.
-Que vuelen y que nunca aterricen.
-¡Maldito bicho, mira que va y me adivina el pensamiento! –suelta Sócrates asombrado.
El que le había contestado era un lagarto bien gordote que se encontraba en una piedra cercana. ¡Créanselo, amigos, es la auténtica realidad! Bueno, ya sé que quizás no se lo han creído, pero no estaría mal que fuera cierto. ¡La imaginación al poder!

©️Félix Martín Arencibia

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